Translate

martes, 4 de diciembre de 2012

«Discurso en defensa del talento de las mujeres», de Mª Josefa de Amar y Borbón (I)

          Según Mª Josefa de Amar, el entendimiento de las mujeres -su capacidad intelectual- era uno de los puntos más debatidos por los hombres y esto es fácil de comprobar, si repasamos la multitud de discursos que tenían por objeto dilucidar el lugar que debían ocupar las mujeres en la sociedad del XVIII así que decidió aportar su visión y su experiencia. Para ello, en su Discurso en defensa del talento de las mujeres, empezaba por recordar la discriminación masculina en el trato con las damas:
«Por una parte los hombres buscan su aprobación, les rinden sus obsequios,
que nunca se hacen entre sí; no las permiten el mando en lo público, y se le conceden absoluto en secreto; las niegan la instrucción, y después se quejan de que no la tienen: Digo las niegan, porque no hay un establecimiento público destinado para la instrucción de las mujeres, ni premio alguno que las aliente a esta empresa». 
Y, a pesar de esa falta de instrucción -aseguraba Josefa de Amar-, daba la impresión de que, aceptado el dominio femenino, eran de temer sus errores por las consecuencias que tenían en el mundo masculino, lo que le hacía a la zaragozana plantearse: «si los vicios de las mujeres tienen tanto imperio sobre los hombres, convengamos en la igualdad física, sin negar por esto las excepciones que convienen a cada sexo».
          Por otra parte, lamentaba lo que consideraba el mayor daño, privarlas del placer de la instrucción, hasta el punto de hacerlas asumir el prejuicio de que sólo en la actividad manual podían desplegar su talento:
           «No contentos los hombres con haberse reservado, los empleos, las honras, las utilidades, en una palabra, todo lo que pueden animar su aplicación y desvelo, han despojado a las mujeres hasta de la complacencia que resulta de tener un entendimiento ilustrado. Nacen, y se crían en la ignorancia absoluta: aquellos las desprecian por esta causa, ellas llegan a persuadirse que no son capaces de otra cosa y como si tuvieran el talento en las manos, no cultivan otras habilidades que las que pueden desempeñar con estas. ¡Tanto arrastra la opinión en todas materias!».
          Así, negándoles incluso la posibilidad de adquirir otras capacidades, era fácil justificar el rechazo a cualquier propuesta para que las mujeres colaboraran en pie de igualdad con los hombres al progreso del país. Una cuestión era la participación de mujeres excepcionales, como la propia Mª Josefa de Amar, o Mª Quintina Isidra de Guzmán o la Condesa de Benavente y, otra muy distinta, la consideración de esta colaboración en términos generales; claro que, como argüiría muy bien Mª Josefa, no se trataba de facilitar el acceso de las mujeres a la actividad pública, sin ningún tipo de criterio, como temían algunos miembros de la madrileña Sociedad Económica de Amigos del País, sino de discernir los criterios que permitieran la cooperación positiva al bien común: 
          «El recomendable Socio, que se opone a la admisión de las mujeres, funda su dictamen, en que admitidas unas, se extenderá la gracia a todas, lo qual será al principio, en mucho perjuicio de la Sociedad, y al fin podrá causar su ruina. No niega que puede haber alguna, capaz de grandes convinaciones, de una constante meditación, de la constancia y sigilo necesario, pero hace comunes, y propias al sexo la petulancia, los caprichos, la frivolidad, y las pequeñeces. No halla edad, en que puedan ser las mugeres convenientes, porque en la niñez, y juventud serían inútiles, y perniciosas, en la vejez, molestas y pesadas. Dice más, que sólo irían a aumentar el tumulto, y desorden de las Juntas, y no a ilustrarlas, porque carecen de principios elementales, como necesita este cuerpo. Aún su contribución pecuniaria es despreciada, si supone primero la admisión de esta clase.»


         El socio en cuestión era Cabarrús y, por eso, había que afinar aún más los fundamentos de su argumentación, como efectivamente haría la zaragozana, pero de eso hablaremos más adelante.

No hay comentarios:

Licencia de Creative Commons
Doceañista by Marieta Cantos is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.