Para entender el siglo XIX y el Primer liberalismo que se forma a partir de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, y termina por desarrollarse durante el Trienio Liberal, es revisar la importancia de la religión.
Como señalan las responsables de este seminario, «desde la caída del Antiguo Régimen, el cambio en la
estructura político-religiosa que había regido en el
Occidente cristiano durante siglos, no disminuyó el hecho de que la influencia
de la religión sobre el conjunto de las conductas sociales fuera
determinante». En lo que respecta a las mujeres, la cultura
judeo-cristiana propició desde la Edad Media un discurso del pensamiento católico
tradicional que las consideraba como seres débiles, con una razón incapaz de controlar sus pasiones y, por tanto, propensas a abandonar el camino de la virtud. Por su parte, «la herencia ilustrada y la incipiente cultura
liberal, aunque no exentas de misoginia,
plantearon otras concepciones de
la feminidad y de la religión que cuestionaban el modelo impuesto hasta
entonces por la Iglesia católica. Sin embargo, ninguno de los dos discursos
sirve para entender las formas y experiencias mediante las cuales las mujeres
se implicaron como sujetos activos en el
nuevo entorno socio-cultural, político y religioso, para aceptar , cuestionar
o modificar unos comportamientos que se les imponía desde fuera con el propósito de perpetuar su dominación».
El
objetivo de este Seminario -explican- es «tratar de comprender las diferentes maneras en
que las mujeres se relacionaron con el hecho religioso y cómo esto se reflejó
en sus actitudes políticas. Para ello se pretende una reflexión comparativa
que muestre cómo,
desde finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, las
relaciones entre Religión católica y liberalismo
afectaron a la cultura religiosa de las
mujeres en países católicos como Francia, Italia y España, donde, a
diferencia de otros ámbitos de religión protestante, las
relaciones entre Iglesia y
Modernidad fueron muy conflictivas».
En lo que a mi intervención respecta, «Mujeres
y religión durante la Guerra de la Independencia y las Cortes de Cádiz. La
participación femenina en la nueva cruzada» repasaré las actitudes que mantuvieron las mujeres tanto durante el conflicto bélico, como durante las discusiones que se plantearon en las Cortes de Cádiz respecto a la cuestión religiosa. Solo mujeres excepcionales como la marquesa de Astorga mantuvieron alguna discrepancia, ni siquiera Carmen Silva, la editora del Robespierre, se atrevió a disentir del catolicismo oficial; tal vez no lo creyó necesario. En el otro extremo Manuela López de Ulloa y la madre Rosa María de Jesús.
Seguro que será una ocasión magnífica para debatir y aprender con colegas como Marina Caffiero (U. Roma «La Sapienza»), Montserrat Caminal (UB), Irene Castells (UAB), Pierre-Antoine Fabre (EHESS/CARE), Elena Fernández (UAB), Maitane Ostolaza (CRIMIC /Paris IV), Ana Yetano (UAB), Daniel Yépez (UAB).
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